28 Aniversario de Metro: La gesta electrónica jamás imaginada

El pasado fin de semana fuimos invitados a celebrar el 28 Aniversario de Metro Dance Club, uno de los clubs más longevos de España (y Europa) que decidió brindar por todo lo alto con un fin de semana de tres días y más de setenta actuaciones. Como si de un festival se tratase, vivimos la programación más duradera de su historia.

 

Y es que las características del recinto de Metro Dance Club permiten plantear experiencias completas, donde un público de gran abanico de edades puede encontrar su propia vivencia. Lo cierto es que disfrutamos de seis espacios diferentes con programaciones muy dispares que fueron desde la electrónica experimental, hasta el techno más oscuro, pasando por el tech house –que mueve cada vez más jóvenes adeptos de pies inquietos– e incluso las melodías más ensoñadoras. Todo ello en salas ambientadas para la ocasión con configuraciones y presiones de sonido de primer nivel adaptados a cada exigencia y género musical.

Viernes 7

Nuestra llegada al chalet de Vega Baja, Bigastro, nos mostró sus intenciones más comprometidas con el enfoque cultural del género, ya que varios integrantes del colectivo dirigido por Shlomi Aber, Be As One, que protagonizaría el primer showcase del aniversario, estaban siendo entrevistados ante el público recién llegado. Oportunidad perfecta para cenar y escuchar curiosas anécdotas antes de que comenzase la maratón.

El denominado Selectors Stage, dedicado a una programación íntegra de nuevos talentos que accedieron a través de votación, atraía miradas y encendía el ambiente a primera hora. Mientras un escenario al aire libre (MetroLab) acogía directos con ritmos rotos de nombres como Artificiero, Soviet Gym o Susane Drome.

No fue hasta el arranque del Dance Floor –con B.A.O.– que no nos dimos cuenta del potencial de su cueva del techno. Bendita presión. Cuán necesario soundsystem para shows como el ya mencionado showcase. Su lineup nos atrapó con la sesión de un inspirado Linkan Ray (nuevo aka del argentino Flug), el directo modular y extraterrestre de Lady Starlight,  la finura de Shlomi Aber (con b2b incluido entre Flug y el israelí) y el cierre asesino de Shlomo, francés de gran proyección que sin duda puso la nota más contundente de todo el fin de semana.

Mientras en El Patio, sala con la media de público más joven, seguía ritmos de cadencia más repetitiva pero con capacidad de gran atracción como De La Swing o dos habituales como Jaime Soeiro e Irregular Live. Nuestras últimas energías se reservaron para el cierre de Animal Picnic, un dúo que brilla por su capacidad selectora y una enorme visión colorista que pudimos disfrutar hasta pasado el amanecer.

 

Sábado 8  

El Green Spot funcionaba de escenario diurno para bajar los bpm de los allí presentes con Nhitto, Kuki Cristina o Plutonita. Los directos volvían a arrancar en MetroLab y pasadas las 20h ya se podía notar que esta sería la jornada con más congregación de público. Mientras disfrutábamos de una zona de ingreso con proyecciones de cortos, un grupo de percusionistas locales de nombre Batimbao Batucada daba el redoble de salida.

Se suponía que el techno no iba a ser la nota que más despuntaría de la noche, pero la clase de Marta Reverte nos atrapó al primer toque, gran soltura y conexión con un público que arengaba sus cambios y que llenó el Dance Floor para que un mítico residente como David Bordalas le siguiese manejando su oscuridad más característica, con toques más tribales, pero exprimiendo por igual las capacidades de la sala. Sin duda nuestra mejor nota de la noche se la llevó la madrileña Indira Paganotto, de quien destacamos sus capacidades camaleónicas, con gran soltura y frescura en sus mezclas.

La actuación adelantada de Adriatique –con la presencia del dúo al completo– llenó el Living Room manteniendo su sala más elevada y su característica terraza de un viaje ondulante repleto de sonidos étnicos y creaciones no editadas de la formación suiza (según nos chivaron varios fueron tracks por publicar en Afterlife). Bastaba con asomarse  El Patio para ver la ambientación especial del día, con grandes globos de colores y animadores, recreando Alicia en el País de las Maravillas. Detlef aprovechaba la ocasión para desplegar diversión a raudales.

Y de nuevo nombres locales como Novakk demostraban que en Metro nadie está por debajo. Un lujo ver cómo mantuvo el nivel de Adriatique y provocó piropos de los allí presentes. La mañana se hizo de residentes míticos como Jose Rives o Jesus Ortega y nuestro último aliento nos permitió gozar del Green Spot con un nuevo recital de Animal Picnic.

Del domingo, que no pudimos disfrutar en persona, sí hemos podido saber que funcionó de la mejor clausura posible con artistas como Cuartero, Denis Horvat, Mike Gannu o Edu Imbernon y su showcase de Fayer como nunca. Nos quedamos con las ganas de conocer a los valientes que aguantaron toda una maratón como el 28 Aniversario. Difícilmente se podrá repetir de la misma manera ¿o sí?

La gran versatilidad del recinto y su programación masiva nos permitió conocer todos los espacios, pudimos descansar cuando fue necesario, conectar con la música, desconectar cuando tocaba y sentirnos bienvenidos al interactuar con desconocidos, sin duda un sentimiento familiar incomparable.

Si tuviésemos que dar una moraleja de este viaje: si consideras que cualquier vertiente de la música electrónica te mueve por dentro, no mueras sin conocer Metro.