7 lugares alucinantes y abandonados que piden a gritos un festival

La ubicación de un festival es casi tan importante como su cartel. Aquí van siete ideas para promotores: hoteles en la costa croata, minas de cobre de Alaska, estaciones de tren el Pirineo aragonés, monumentos comunistas en Bulgaria y mucho más.

 

Estación Canfranc (Huesca)

En el período entreguerras, la estación de tren Canfranc oscense era una de las más frecuentadas en toda Europa. De hecho, cuando fue construida en 1928, era la más grande del mundo. En 1970, sin embargo, descarriló un tren de mercancías provocando el derrumbe de un puente y el consiguiente cese del servicio. Actualmente, está en proceso de reforma completa para construir ahí un hotel, un museo, viviendas, un centro de peregrinos del Camino y, quién sabe, un festival.

Hotel Goricina (Croacia)

Muy cerca de Dubrovnik, en las aguas del mar Adriático, está la bahía de Kupari, donde permanecen un montón de hoteles abandonados, reminiscencia de una época dorada marcada por la guerra serbo-croata. Entre ellos está el Goricina, un resort de lujo reservado inicialmente a una élite militar y sus familias. Con la de festivales que hay en Croacia, ¿a qué esperan para montar un festival ahí?

Kennecott (Alaska)

A principios del siglo XX, las minas de Kennecott, en la Alaska más salvaje, fueron testigos de la floreciente minería de cobre, una industria que generó a las familias que se desplazaron hasta ahí una época de bonanza. Pero a finales de los años 30 acabaron con todos los recursos y la población abandonó el lugar. Ahora su paisaje, entre neblinoso y fantasmagórico, parece tanto el escenario ideal para una nueva temporada de Twin Peaks y para un festival de electrónica siniestra.

Craco (Italia)

Craco fue un municipio situado en el sur de Italia fundado en el año 540. Sin embargo, a lo largo del siglo XX sufrió una serie de catástrofes naturales y desdichas que hizo que la población evacuase entre la deficiente agricultura, el terremoto de 1963 y la inundación de 1972. Hoy es una de las ciudades fantasmas más visitas del mundo, además del escenario de rodajes de películas como La pasión de Cristo. ¿Para cuándo una rave?

Power Plant IM (Bélgica)

Estamos hablando de una impresionante central eléctrica construida en 1921 que llegó a ser una de las plantas a carbón más grandes de Bélgica. Sin embargo, en 2006 se descubrió que su actividad diaria generaba el 10% del total del CO2 emitido por el país europeo, así que los activistas medioambientales de Greenpeace se pusieron en pie de guerra y en solo un año consiguieron su cierre. Antes de que lo demuelan, los promotores belgas deberían no desaprovechar la ocasión de celebrar un gran evento ahí.

City Hall Subway Stop (Nueva York)

No quedan muchas estaciones de metro abandonadas en Nueva York y, desde luego, hay pocas tan bellas como est situada en la punta de Manhattan. Operó desde 1904 y hasta 1945, cuando se declaró poco segura para los nuevos y más largos convoyes. Ahora es una atracción turística para curiosos que quieren ver su arquitectura, sus azulejos, claraboyas y candelabros de latón.

Buzludzha Monument (Bulgaria)

El clubbing en la Europa del Este está en pleno auge, aunque aún hay escenas con posibilidades de desarrollo como la búlgara. En este sentido, recomendamos a los promotores del país fijarse en el monumento Buzludzha. Fue construido en 1981 por el partido comunista, pero con la caída del régimen quedó en desuso a partir de 1989. Ahora, solo quedan ruinas, un aspecto desolador pero melancólico que ha atraído a no pocos curiosos interesados por su pasado político.