Baleares quiere vetar el clubbing hasta el año que viene

Según la normativa vigente publicada en el BOE para la Fase 3 en la que actualmente se encuentra Baleares, los clubs de la comunidad podrían abrir a un 30% de su capacidad y con estrictas normativas sanitarias. Sin embargo, el gobierno balear decidió echar el cierre a los clubs de las islas por un elevado riesgo de rebrote.

Ahora, conocemos la noticia de que el gobierno balear no va a permitir la apertura del ocio nocturno, es decir, discotecas o salas de fiesta, a lo largo de este 2020. De hecho, no descartan que el veto se mantenga hasta 2021 o cuando se disponga de vacuna o tratamiento efectivo contra el COVID-19. El conseller de Turismo, Iago Negueruela, solo encuentra una excepción, auqellos espacios en los que solo se ofrezca música pero la clientela pueda permanecer cerrada.

Negueruela mantuvo el pasado jueves una reunión con Jesús Sánchez, presidente de la patronal, en el que el primero le dijo al segundo que ni siquiera en la nueva normalidad se iba a permitir reabrir a discotecas, salas de fiesta, bares musicales y cafés concierto. El conseller apuntó especialmente a un veto a grandes locales y los que mantienen la oferta de baile.

Los empresarios del sector, por supuesto, han puesto el grito en el cielo y han presentando al gobierno una contraoferta diseñando una prueba piloto de unos diez días para autorizar la entrada de clientes ocupando solo el 33% del aforo, prohibiendo el baile mediante la instalación de sillas y mesas en las pistas, siempre manteniendo la distancia de seguridad, e identificando a los clientes que accedan a los locales para luego poder hacer un seguimiento de los mismos en el caso de que alguno dé posteriormente señales de haber contraído la enfermedad. Esta fase tendría vigencia desde el día 21 hasta el 1 de julio y, a partir de ahí, se iría recuperando la normalidad, permitiendo por supuesto bailar.

En el sector existe el temor de que el veto no tenga tanto que ver con cuestiones sanitarias sino con una estrategia de cambio de modelo, al vincular el clubbing con el turismo de excesos.