Catorce años moviéndonos al ritmo de CODE

Fabrik abrió la Main Room a las 17:00 con Nuke y en la terraza, a la misma hora, se abrió la Crystal para los más valientes. Coyu y Monika Kruse fueron los siguientes en actuar en la Main Room, pero no fue hasta la actuación de la joven belga Charlotte De Witte cuando pudimos comprobar que la sala principal de Fabrik estaba prácticamente llena. Hizo vibrar la sala con temas como Kawasaki de 2000 & One, levantó gritos entre la gente cuando remezcló Lesstroboscopic de Regal, aportando así sonidos ácidos a su set. Para el cierre de su actuación incluyó el tema The First Rebirth de Jones & Stephenson, un auténtico himno techno-trance belga con el que consiguió hacernos saltar.

La noche ya había comenzado con buen pie y a continuación de Charlotte de Witte pudimos disfrutar de un lasershow que acompañó al también belga Marco Bailey durante toda su actuación en la main room, mientras, algunos forofos del fútbol, se quedaron en la terraza donde se instaló una pantalla que retransmitía el derbi.

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Llegó la medianoche y junto con ella la actuación de Karenn, el esperado y único directo de la noche en Fabrik. Los ingleses Blawan y Pariah desplegaron todo su set-up del que nos llamó especialmente la atención la gran mesa de mezclas analógica, el sistema modular secuenciado por un Beats Step Pro que utilizó Blawan, el teclado Korg minilogue que usó Pariah junto con el Boss Loop Station e incluso pudimos observar un Korg Volca Beats y unos cuantos pedales para llevar a cabo un directo de puro techno. A pesar de la gran calidad del live, para algunos fue demasiado bestial y fueron a ver a Dj Rolando, que se encontraba a la vez que Karenn en la sala Satellite. Nos hizo viajar a Detroit y, como no podía ser de otra forma, incluyó en su set su tema Knights Of The Jaguar, que hizo que todo el que estuviese presente bailase como si de una samba se tratase.

Cuando volvimos a la sala principal, nos dimos cuenta que cada vez era más complicado caminar entre la gente y pudimos ver cómo cada vez entraban más personas y se dirigían todas hacia la misma sala. Se apagaron las luces, se apagaron las pantallas del escenario principal y en la pantalla del medio de la cabina apareció el nombre que hizo vitorear y silbar a toda la sala: Óscar Mulero había llegado a Fabrik. Desde el palco frontal al escenario podíamos ver cómo una manta de teléfonos móviles grababa la apertura del set que llenó Fabrik, algo que no sabemos si gustaría a Mulero, y cómo el primer bombo hizo que toda la sala bailase con ganas y siguiese así durante toda la actuación, la más esperada de la noche. Temporary Suspension de Planetary Assault Systems, Canon Fodder de Lucy o The Brain Revolution de Lewis Fautzi fueron temas elegidos por Mulero que hicieron que, una vez más, nadie se fuese decepcionado a casa.

Al finalizar el set de Mulero a las tres de la madrugada, nos dimos una vuelta por el resto de salas para comprobar que la noche estaba siendo un auténtico éxito. Los más enérgicos bailaban a ritmo del hardtechno de los brasileños Pet Duo en la terraza, a los que seguiría O.B.I, un clásico en Fabrik y Viper XXL, que haría el cierre de la Crystal Room. Algo más tranquilos estaban aquellos que bailaban al ritmo de las melodías que nos trajo Spektre en el Club Area. Después, decidimos ver a Ken Ishii en la sala Satellite, cuyo set estuvo cargado de melodías ácidas, mezclando temas como Overkill de Circuit Breaker que nos hicieron bailar sin parar. Jay Lumen fue el siguiente en la misma sala, coincidiendo con Len Faki en la sala principal, que estaba abarrotada, incluyendo Simplydelicious de Paul Johnson en su set para que nadie se quedase dormido.

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Eran las cinco de la mañana y sabíamos que la noche estaba llegando a su fin, aunque todavía nos quedaba por ver a Ben Sims que consiguió, como siempre, que su actuación no pasase desapercibida con su característica selección musical con sus típicos sonidos tribales en la que pudimos escuchar temas como Inductive de Aiken. Cerramos la noche en la sala Satellite con Spartaque que terminó sobre las siete de la mañana, aunque CODE supo de antemano que no sería suficiente y prepararon un cierre especial de residentes en la sala principal para aquellos que se habían quedado con ganas de más.

Podemos decir que todos los que estuvimos presentes salimos con buen sabor de boca después del gran aniversario de CODE. Solo nos queda felicitarles de nuevo y esperar al año que viene para celebrar un año más con ellos.