Alpha

Alpha marca el regreso de Matthew Dear como Audion después de 10 años y lo hace galopando un disco de 13 pistas en las que luce su fase más oscura, con la que acecha los clubes al momento de bailar. Si bien se lo ha podido ver en colaboración con Tiga en el momento en el que las canciones del canadiense necesitaban de una nueva versión o un pase de magia extra, esta es su nueva autoafirmación. Es el retorno del lado más incierto de detroitiano, aquel que invita a adentrarse en una realidad paralela, en los estados que nos lleva el sueño, el que invita a jugar con lo desconocido. En este nuevo trabajo, basta con darle play y sentir la llamada de Dem para entrar en trance.

En cuanto a la producción y al color de sus sonidos, Matthew Dear ha jugado con baterías 4 x 4, sintetizadores que suenan a metal, golpes concretos de los que resuenan en la memoria hasta el cansancio, y una manera impecable, casi de estratega, para unir los tracks y dar este resultado final. El viaje de Alpha, cambia de dirección con cada track: llegando a sus puntos máximos en Gut Man Commeth y Traanc, tracks 3 y 4. Es como si el conjunto de armonías conspiraran para crear un laberinto que invitan a sacudir el cuerpo con todas las fuerzas, entre la desesperación de liberarse de algo o de alcanzarlo.

Dear llega muy en forma a la mitad del disco, y no descansa: Celestial Antibody se encuentra con lo experimental, como una pausa. Para volver con la rabia bailable de Destroyer, que ha sido el primer single de este Alpha, y una buena muestra de lo que es en todo su recorrido. A estas alturas de su carrera, y con todo lo que ha cosechado y construido, Alpha demuestra con altura su creación pensando en la pista, pero sin ignorar que también dentro de él se encuentra otras identidades como False, Jabberjaw o su nombre de pila. Entonces también invita a imaginarse su música con un live lleno de luces o imágenes abstractas con él en el centro controlando los beats de una manera frenética y calculada. Y así llega Suppa, otro track de safari musical, por los rincones del saber hacer y Audion como intérprete. Jugando con la melodía con los ojos cerrados, haciendo un buen uso de la percusión, para volverse de metal y cambiar el destino al comenzar Napkin.

Alpha es una aventura en 13 capítulos creadas en la oscuridad y llevadas a la vida en cuestión de semanas, que en sus diferencias también desarrollan la coherencia del disco. Pide a los oyentes un poco de imaginación pero también les obliga a dejarse llevar. Ideal para la pista, pero también para escucharlo de fondo ante una actividad que nos pida sumar adrenalina. Audion deja al viento su capa de superhéroe de las tinieblas y sonríe desde lejos, porque ha probado nuevamente que puede explorar su oscuridad, salir airoso, y además lo puede compartir. Seguramente, encontrará la forma precisa de transmitirlo en el escenario, y mutar con él cuando se encuentre sonando en una noche de club.