Tenemos que aprender a bailar con la nueva normalidad. Un baile donde nos sincronicemos con nuestra conciencia, donde al “dejarse llevar” se le infunda una capa de responsabilidad. Porque queremos disfrutar de esto mucho más, y no jugar a un absurdo todo o nada.
El sábado 4 de Julio Metro volvía a abrir sus puertas tras el parón que coincidía en aquel momento con su evento del 14 de Marzo, Second Sky. Detalles a la vista como el propio cartel de ese Second Sky en la entrada del recinto hacían ver que esa noche de Metro iba a ser algo diferente a lo acontecido hasta la fecha, como un recordatorio de lo que ha costado llegar hasta ese momento.
Sin embargo, en este cartel se contaba con un gran peso de los DJ’s residentes, que no defraudaron tampoco en su vuelta a la tarima. Las 4 salas estuvieron repletas de buenas sesiones, con momentos a destacar como el que protagonizó Carlos Agraz que, nada más terminar su función, se situó a un lado del escenario repartiendo CD’s promocionales al público, recordando esa escena de tiempos anteriores a las plataformas digitales. Metro siguió manteniendo ese gran nivel de sus residentes, que te aseguraban que al lugar que fueras, te ibas a encontrar con algo que merecía la pena ser escuchado.
Lo que no cambió en absoluto fue el ambiente de la discoteca, que para nada defraudaría a pesar de contar con un aforo reducido. Con sus 4 espacios funcionando, Metro no se hizo grande para la gente que vivió esta reapertura. Una reapertura en la que francamente se vivieron sensaciones de desahogo y de reencuentros con emociones que hasta esa noche las teníamos perdidas u olvidadas.
Y son por estos reencuentros de emociones precisamente por lo que debemos ser conscientes del momento en el que vivimos. Estas primeras veces deben servir para aprender y concienciarnos de las circunstancias que existen, tanto como público como personal de la discoteca. Pero sobre todo, como individuos que saben lo que hacen y por tanto optan siempre por un ocio sostenible.
Dentro de la discoteca, y de cualquier espacio al final, debemos colaborar con que todo salga según lo planeado para que las medidas realmente funcionen. Poner nuestra pequeña contribución en construir un espacio donde nos relacionemos y además estemos seguros se convierte en un requisito indispensable para salir en la nueva normalidad. Se ha invertido mucho tiempo en establecer unas medidas, usémoslas a nuestro favor. Metro pone de su parte, y nosotros como parte de Metro también.
