El despertar de Warehouse 440, un sueño hecho realidad

El festival portugués afincado en Viana Do Costelo Neopop aterrizó el pasado sábado a las afueras de la capital para dejar bien claro porqué llevan más de 5 años siendo un referente en el país vecino. Una presentación del mismo, donde las ganas de bailar y sentir el techno en todo su esplendor quedaron patentes.

 

El municipio de Arganda del Rey -a unos 30km de Madrid- experimentó el pasado 30 de junio el resultado que se obtiene del duro trabajo cosechado en meses, sumado a la eficiencia y el amor por la música underground. Un sentimiento indescriptible, cuidado con todo el cariño y que dio sus frutos en una nave industrial de suculentas dimensiones, tanto de ancho, como de alto. Un recinto que nada tiene que envidiar a los hangares europeos que por ejemplo acogen raves o eventos multitudinarios. Recycled Sound, la promotora encargada de acercar la esencia de la que bebe Neopop a la capital, sacó toda su artillería y nos brindó un evento, Warehouse 440, que esperamos, sea el primero de muchos.

Desde el buen hacer y profesionalidad de la organización hasta el humor de un público de diferentes generaciones, pasando por la importancia dada a los pequeños detalles, pero, sobre todo, a un sonido a la altura de las circunstancias; se cinceló aquel sábado una jornada nocturna de altos bpms que quedará grabada en nuestra memoria durante mucho tiempo.

Pasamos el control y ante nosotros, al aire libre, se encontraba la zona de descanso, con algunos sitios donde poder dar tregua a unas piernas cargadas de techno sin minuciosidades. Así como los servicios y una barra para poder seguir refrescando la garganta. Ya desde ahí, los beats nos llamaban deseosos de que nos fundiésemos con ellos en una pista sin precedentes. Amplia a la par que acogedora, donde el público se desenvolvía con soltura dejándose la piel en cada track.

Entramos en Warehouse 440 y quedamos enamorados por completo de lugar. Fue algo alucinante y que, sin duda, superó nuestras expectativas. Las luces jugaron un papel muy importante, aunque no tanto como el equipo de sonido, el cual nos hizo resurgir de nuestras cenizas como ave fénix mientras, gozosos, nos mimetizábamos por completo con el buen ambiente que estaba generando Regal.

 

Regal, producto nacional valorado en oro

El madrileño de raíces italianas no solo dio una clase magistral de lo que es el buen techno, sino que, a nuestro parecer, se coronó como el rey indiscutible de aquella maravillosa velada de tintes oscuros y sonidos penetrantes. El capo de Involve Records, a quien se le veía a gusto y feliz de pinchar en su ciudad, estuvo impecable en todo momento. Dando y puliendo cera sin descanso, acompañado por unos visuales muy focalizados en la geometría, así como en lo abstracto. Los cuales ayudaban a sumergirte aún más en el bombo rudo y los ritmos de alto voltaje que se adentraban en nuestro cuerpo. Nos condujo por un viaje de varias paradas, pero con un mismo sentido, hacer que nuestras extremidades no estuviesen quietas un instante. Desde un techno elocuente y vocal embriagadora como es su propio tema Lesstroboscopic hasta finalizar con un peculiar acid que evocaba a sus primeros pasos. Todo ello sin dejarse en el tintero clasicazos con muy buena acogida como el Bang de Box, de Jack Master (remix de Slam)

 

Fjaak, la technoboy band más característica

Tras unos breves minutos sin música, ya que había que preparar el set up de los berlineses, dio comienzo la actuación a la que más ganas le teníamos, Fjaak. Los de Spandau -el quinto distrito de la capital alemana- tomaron el relevo como solo ellos saben, y aunque faltaba uno de los integrantes, Kevin, nos brindaron un live que desde el minuto uno puso la pista del revés. Parecía difícil ya que Regal dejó el listón bien alto. Sin embargo, supieron rápidamente como ganarse al público, subiendo las revoluciones y cocinando a fuego medio una atmósfera que portaba todos los ingredientes para ser idílica dentro de la penumbra. Comenzaron muy trascendentales, con cortes muy inmersivos hasta que se revistieron de una energía visible en varios de sus tracks como Keep The Funk, de su último EP o Onslaught, un remix que le hicieron a Missing Channel y que ya es todo un must de sus actuaciones. La cual, si hubiésemos de definirla con una palabra sería: versátil. Pues hubo cabida no solo para un techno marca Berlín 100%, también para un break desgarrador e incluso un sutil electro.

Aunque el mejor momento de su actuación en Warehouse 440 tuvo lugar de cara al final de la misma, cuando para cerrar mezclaron, -como un guiño a su predecesor, Regal- The Tube, uno de los temas del álbum In Love with Involve, con Wolves, un track del único LP de éstos. Ambos son un acierto seguro en la pista. Ahí la locura se expandió y fuimos transportados al edén, donde el mismísimo Belcebú marcaba el ritmo, mientras nosotros, aullábamos como lobos ávidos de más beats.  

Dax J, contundencia elegante

Eran poco más de las cuatro cuando el londinense se ponía a los platos y nos regalaba las últimas horas de placentera y auditiva locura. Dax J deambuló cíclico en un techno a caballo entre las fronteras de lo industrial y lo experimental. Con algún momento de apogeo predominado por su característico dark techno, aunque en una línea muy recta. Lo cierto es que no fue uno de sus mejores sets, pero consiguió extraer con elegancia los últimos bailes de un público excelente. Todo ello depositando mucho énfasis en temas unreleased que mantenían caldeado el entorno, pero también, dando protagonismo a tracks que nos hicieron expulsar las últimas gotas de sudor como el Mindrecorder de Dj Misjah.

Cuando nos quisimos dar cuenta las luces estaban encendidas y la música puso fin. Eran las 6 en punto. Y aunque el público clamaba por un tema más, se dio por concluido el primer evento de Warehouse 440, donde los sentidos se desarrollaron por y para la música. Dejándonos un inigualable sabor de boca.