#Emergentes: Jheal Bastha, el techno como autodestrucción vanguardista

Tras haber editado en sellos como Main Concept, Subsist, Geométrica o SUB_tl, el DJ y productor asturiano se lanza a la aventura de crear su propio sello, Traces, del que ya hemos podido escuchar un primer lanzamiento. Esto es techno desde lo más profundo de la mina con potente coartada conceptual. Estrenamos con él nuestra nueva sección #Emergentes, dedicada a las grandes promesas de la música.

Los valores emergentes son los que hacen grande algo como la música, lo que nos permiten mirar con optimismo al futuro y pensar que no todo está escrito, dicho u oído en nuestro arte favorito. Las promesas de hoy, serán las estrellas del mañana y, por eso, desde Beatburguer siempre hemos querido seguir el rastro de la música bajo el radar. Desde hoy, damos un paso más en nuestro compromiso con la emergencia y la creación independiente arrancando la serie de perfiles #Emergentes, en las que tienen cabida artistas de toda procedencia y estilo, como fiel reflejo de lo que es esta casa. Esta primera entrega está destinada a un joven DJ y productor asturiano, Jheal Bashta.

¿De qué manera dirías que haber nacido y crecido en Asturias ha configurado tu vertiente artística?

Hombre, pues yo diría que mucho y no porque me tocara vivir aquella época gloriosa de la electrónica en esta región jaja. Considero que el contexto es importante para el desarrollo de la personalidad. La falta de sensibilidad es una práctica peligrosa.

¿Cuáles son tus primeros contactos con la música electrónica de baile?

El primer contacto con la electrónica fue en Madrid hace 10 años. Escuchaba sesiones mainstream (por desgracia aquí no puedo presumir de cultureta) pero sirvió de puente para descubrir otros géneros que de primeras estoy seguro que no habría sido capaz de entender.

Formaste parte del programa SYLDJs de Lanna y tuviste algunos streamings en TBV. ¿Qué papel tuvieron en tu desarrollo como DJ en las primeras fases de tu carrera?

A nivel técnico estar en contacto con grandes profesionales te hace tener siempre presente el esfuerzo que conlleva y estoy muy agradecido por haber tenido ese conocimiento a mi alcance.  A nivel mental podríamos decir que ha sido mi “mili” particular jajaja.

Están pasando buenas cosas en la comunidad, tenéis un festival de referencia internacional en materia experimental, lo de BAU fue justicia histórica para una zona que tanto ha hecho por el techno, clubs con solera como Lanna. ¿En qué punto la encuentras?

La verdad que con la peculiar  situación que tenemos en la región es una suerte poder disfrutar de la oferta que hay. Nos hace falta involucrarnos más en política, quiero decir: luchar por conseguir un apoyo real que permita hacer eventos en más espacios y conseguir más diversidad de propuestas. Que no sean necesarias grandes sumas de dinero para llevar adelante eventos interesantes. Hay que salir de la noche para hacer saber que en la noche también ocurren cosas muy bonitas. Tenemos la suerte de ser un público educado y respetuoso y lo explotamos muy poco.

¿Cómo ves la cantera en Asturias? ¿Algo que nos estemos perdiendo?

Creo que hay un buen momento de desarrollo, mucha gente joven haciendo cosas chulas. Nos falta trabajo, madurez y proyección, pero estoy seguro que llegará.  No podemos olvidar que la culpa de todo esto la tienen los dinosaurios de nuestra región que siguen al pie del cañón dando lecciones de buen hacer día tras día y eso se nota.

¿Cómo surge la idea de crear un sello? ¿El formato físico es innegociable?

Fue algo innegociable desde el principio por eso nos ha tocado auto-producirlo. El formato físico conlleva más inversión, más riesgo y hace que no tomes las decisiones tan a la ligera. Crear el sello nos está ayudando a conocer un poco el funcionamiento de la industria. También ayuda a dar concepto y personalidad a la música. Veremos si dentro de un par de años pensamos lo mismo jaja

¿Puedes desarrollar en la idea de los rastros detrás del nombre del sello?

Claro, en las cuencas mineras de Asturias ya no quedan pozos abiertos, solo marcas geológicas, huellas arquitectónicas y vestigios en el carácter de la gente.

Hubo una época dorada con la industria del carbón que repercutió en la economía y en la conciencia de la clase trabajadora. La gente luchaba por cambiar la realidad, no aceptaba las decisiones injustas. Aunque digan lo contrario, siempre hay otra opción. Para mi es una pena pensar que todo esto caiga en el olvido y el sello es una forma de mantener vivo el recuerdo, esos valores.

 ¿Qué lazos unen el techno y la minería?

Al ser el techno una música tan abstracta, sus lazos con la  minería son algo más bien poético. Trabajar en octava a 400 metros bajo el suelo, o los casi 700 del Sotón. El calor, la humedad y la falta de oxígeno a medida que desciendes y te alejas de la ventilación van en aumento. Allí abajo la tierra ruge. Los chirridos de la jaula, las detonaciones, la rozadora, los martillos hidráulicos, los picos… Todo eso marca de manera repetitiva el ritmo de la jornada día tras día. Para mi es fácil encontrar similitudes.

¿Quieres hacer algo de denuncia social con esta conexión?

A estas alturas creo que ya nos podemos hacer una idea. Mucha gente se extraña pero la denuncia social en el arte no es nada nuevo.

¿Qué es lo que más te gusta de la estética del techno?

Bajo mi punto de vista la belleza del techno reside en la ruptura con los ideales de belleza natural de la música clásica. El techno es antes que mimética, una actividad de autodestrucción o autorrevisión propia de vanguardia, en la abstracción está la facilidad para despertar los sentimientos que llevamos a flor de piel.

¿Qué hay que esperar de Traces a partir del siguiente release?

Más color.

¿Y de ti? ¿Qué te depara este 2020?

Espero seguir teniendo tiempo para emplear en el estudio, queda muchísimo por hacer.