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Henry Saiz, el épico productor (parte 2)

Si ayer te paseaste por nuestras páginas, verías la entrevista que lanzamos a Henry Saiz, una de las figuras más admirables de nuestra electrónica. Como ya advertimos en la misma, ésa era la primera parte de dos y la podéis volver a leer -o leer por primera vez- en este enlace. Hoy toca retomarla donde la dejamos para hablar de los proyectos paralelos del madrileño, su relación con el pop y otros géneros o su vuelta a la radio.

– Y luego tienes otra cara, bajo el alias de Hal Incandenza. ¿Qué nos puedes contar de tu otra cara?
Hal Incandenza soy yo haciendo música con más humor, más naif. Yo soy una persona muy bipolar, entonces mi lado intenso, profundo, reflexivo y analítico de como veo el mundo lo vuelco en Henry Saiz. Y el lado con humor, inocente, naif y más Pop lo hago como Hal. Son dos partes de mí que siempre han estado y quería mostrar, por eso cree este alias.
Podríamos decir que Henry es mi lado negativo y Hal mi lado positivo, porque yo tengo un lado muy realista, negativo y extremo de como veo la vida, las cosas, las relaciones y todo lo demás. Con Hal Incandenza tengo ese rayo de luz que necesito en medio de toda la noche esta que me he creado en la cabeza (risas).

– ¿Un rayo de luz qué te crea Miley Cyrus?
¡Exacto! Con este alias me permite tomarme ciertas licencias que como Henry Saiz no podría hacer porque correría un riesgo mi carrera, la gente me tacharía de loco.
Pero yo es una cosa que no termino de entender, debo de haberme dado un golpe en la cabeza o algo. ¡Me siento bastante solo en esta forma de ver la música! (Risas) yo no tengo ningún tipo de prejuicio musical. Si a mí una canción me expresa algo y veo que el que la escribió muestra honestidad y un sentimiento puro, me da completamente igual que la cante Britney Spears o el Papa.
Las canciones, son canciones. Y una vez salen del artista son un ente a parte que funciona para comunicarte con la gente, luego cada uno agarra de ese ente un mensaje o sensación para que le aporte una cosa u otra.
Yo con los años he conseguido llegar al punto de que una canción de Britney Spears me cree una emoción o un sentimiento, y eso que su personalidad y figura mediática odio porque no tienen nada que ver con mis valores; pero creo que en el fondo es guay… Sin embargo Miley Cyrus no me cae nada bien (más risas), ni ella ni su departamento de marketing y publicidad.

– Quizá porque es un poco agresiva…
¡Sí! Es muy agresiva e infantil, es escandalizar por escandalizar. ¡Pretende ser Madonna y eso ya se hizo! A ver, yo lo respeto pero no lo comparto porque es un personaje vacio. Una americanada en el peor sentido de la palabra. Pero cuando escuché su tema “Wrecking Ball” dije: ¡JO-DER!
Me lo imaginé tocado con guitarras por la persona que compuso esa canción, porque obviamente Miley no tiene nada que ver con el proceso de producción y composición del tema. Entonces, me emocionó y creó un sentimiento. Como también me los crean algunos temas de Taylor Swift, ¡hay cosas suyas que me flipan! Me encanta escuchar todo tipo de música.

– Y del supuesto disco que estás preparando como Hal Incandenza. ¿Qué nos puedes adelantar?
No va a ser rollo Taylor Swift, podéis estar tranquilos (risas). No será tan pop, lo he querido separar más de Henry Saiz para no crear un conflicto de estilos.
Lo de Hal tendrá influencias de la música disco y del italo disco, que son los estilos que más me gustan desde pequeño; al techno me metí un poco más tarde. Yo los primeros géneros de electrónica que escuchaba -aparte de Vangelis, Jean-Michel Jarre y a toda la new age- era el disco y sus subgéneros, desde Boney M hasta ABBA. Yo soy un fanático de ABBA.
Todos esos estilos de producción y esa forma de dar vida a las canciones me han influenciado muchísimo, quiero intentar recuperar esa inocencia y frescura de los 70s y 80s. He llevado todo eso al terreno de la producción de hoy en día con un toque retro para implantarlo en este nuevo disco, y el resultado ha quedado muy pop. Pero un pop como pueden ser The Beatles, nada de cosas chungas. El álbum tendrá muchas vocales, son canciones con sus estribillos pero con un toque más experimental que creo lo hará mucho más interesante y diferente.

– Ah, ¿pero qué ya está hecho?
Tendré terminados unos 30 temas de Hal, que he ido haciendo en estos tres últimos años. Pero quiero volver a revisarlos otra vez porque claro, pasan los años y hay sonidos que ya no están tan frescos. Así que he decidido meterme en un estudio en un par de semanas para grabar baterías con su mesa de 32 canales y su técnico, como se hacía antes. Es una de las cosas que echo de menos de cuando tocaba en bandas.
Creo que será un proceso que le beneficiará más al disco que hacerlo con el ordenador únicamente. Yo soy más músico que, digamos, rata de laboratorio a la hora de componer, me gusta la energía que sale cuando tocas con más músicos con instrumentos analógicos en un estudio.

– Qué interesante suena todo eso… Has comentado que te encanta tocar con banda, ¿qué prefieres dj sets o directos con banda?
Pues me gustan ambas cosas. Me encanta pinchar y no lo voy dejar de hacer nunca, pero lo de tocar con banda es una faceta mía que tenía parada y deseaba ofrecer a la gente. Además, tengo la suerte de tocar con mis mejores amigos desde que tenía 16 años, que son Luis y Eloy, y de poder viajar con ellos por todo el mundo.
Sinceramente, ya estaba un poco cansado de viajar y hacer giras en solitario durante todos estos años. Es lo que comentábamos antes, es muy glamuroso pero acabas realmente harto. Hay mucha soledad en este trabajo, muchos tiempos muertos en aeropuertos, aviones y hoteles. También tiene sus cosas positivas, conoces mundo por tu pasión por esto y ves el apoyo de toda la gente que viene a verte; pero la soledad no te la quita nadie. Entonces, lo de la banda me sirve para escaparme un poco de todo eso.

– ¿Y con qué concierto te quedas de toda la gira con la banda?

Hay muchos, tendría que preguntar a mi banda porque creo que tenemos un ranking o algo parecido. Me ha gustado tocar en Australia, Argentina, Japón, Inglaterra y en Estados Unidos. Es difícil destacar uno en concreto, la verdad.
De la última gira que hicimos por EEUU, que últimamente vamos mucho, me quedaría con los conciertos de New York y Chicago, en Chicago sobre todo la respuesta del público y el ambiente de la sala Primary fue brutal. La escena allí ha mejorado mucho y ahora son más abiertos, hay una gran cantidad de fans por esta música. Hay un gran caldo de cultivo.

– ¿Y cuál dirías qué es la mejor escena de clubs del mundo?
Depende de lo que busques. Si buscas calidad en la producción, sin duda la escena holandesa. Son muy profesionales en todos los aspectos, y creo que deberíamos de aprender de ellos.
Luego hay otras escenas que no esperas mucho de ellas y terminan siendo bolos muy especiales que recordarás durante toda tu vida. Como por ejemplo en Vietnam.

– ¡¿Has tocado en Vietnam?!
Soy el único músico de electrónica del mundo que ha tocado en directo en Vietnam. ¡Y no conocen ni a los Beatles! (risas) Te lo juro, íbamos preguntando a la gente por ahí y no los conocían. Han estado tanto tiempo encerrados en una dictadura, que no tienen un mínimo de cultura musical. Estuvimos cinco días y aquello fue una anécdota continua. Y encima el bolo salió muy bien. Esas cosas son impagables.
Recuerdo que la última vez que fuimos a Tokyo coincidíamos con la llegada de un tifón. Nosotros tocábamos al aire libre y a la misma hora en la que pasaría el tifón -allí lo tienen todo calculado y preparado, es increíble-. Al final tuvimos que tocar en una especie de zona de paso que no estaba completamente cubierta, pero aún así la respuesta fue impresionante. Estaba todo petado y la gente estaba ahí fuera con esa tremenda lluvia y sin camiseta, aquello fue inesperado y sorprendente. Son esos bolos que no te esperas y que terminan siendo únicos.

– Y épicos… Todo esto fuera, ¿pero qué opinas de nuestras escena? Tanto de artistas como de clubs.
Nuestra escena de artistas se encuentra en su mejor momento. Y en la escena de club, en uno de sus peores momentos por lo que todos sabemos y no voy recordar… Cuando vivía en Madrid, yo salía bastante por Copelia, Mondo y demás sitios. Comparo esa época con la actual y creo que hay un trecho increíble, se siguen haciendo cosas interesantes pero no como antes. En ese sentido, creo que Barcelona nos gana en propuestas e infraestructuras de las salas. Luego está Ibiza que es un mundo aparte de todos.

– ¿Cuáles son los clubs nacionales qué más te gustan?
Pues el Nitsa Club de Barcelona, la sala Cosmos de Sevilla y luego me encanta ir a Lanzarote porque es una escena familiar. Aparte de que esa isla es uno de mis lugares favoritos de todo el mundo.
Yo espero y deseo que España, en los próximos años, vuelva a resurgir otra vez una escena de club tan buena como la que tenía, y que los promotores arriesguen más en sus propuestas.

– Ojalá se cumplan esas palabras. ¿Y cuáles son los artistas qué más te gustan?
Tengo que ser sincero, mis artistas favoritos del mundo son españoles y son amigos míos (risas). No es peloteo ni patriotismo, para nada. Yo con mis amigos soy objetivo en ese aspecto. A mí me lo dicen mucho desde fuera, flipan bastante con todo lo que tenemos. Y creo que es verdad.

– Pero yo te escuché una vez decir que fuera no se os valora, que teníais que hacer el triple para ser reconocidos. ¿Eso ha cambiado?
Eso no ha cambiado. Pero da igual, hacemos tanto y tan buena música que no les queda otra que darnos coba en muchos países. El problema que tenemos es que los mercados ingleses, alemanes y estadounidenses lo copan todo porque nos llevan años de ventaja. Ya tienen una industria más asentada que la nuestra, todos los medios de comunicación potentes son de fuera. Y yo sinceramente noto y tengo comprobado que existe cierta reticencia a la hora de dar cobertura a nuestros artistas. La realidad es que nos cuesta muchísimo salir en los medios y que nos hagan caso, es frustrante e injusto.

– Ellos se lo pierden. Háblanos de tu último proyecto, tu programa “El Laberinto” en Radio3. ¿Cómo empezó ese proyecto?
Fue una proposición de Tomás Fernando Flores, a la cual no pude negarme. Era una gran oportunidad que me llevaría un tiempo que no tengo, pero al final sacas el tiempo de dónde sea para hacerlo.
Yo como todos he crecido con Radio3, me escuchaba todos los programas. Si de pequeño me dicen que iba a tener mi propio espacio en Radio3, con mí público, mí audiencia y haciendo lo que yo quiera con total libertad. ¡Hubiera flipado!
Siento una cierta responsabilidad porque quiero que la cultura musical de mi país cambie y sea más abierta mediante mi mensaje. Aunque me suponga un gran esfuerzo el hacer un programa semanal, producir, viajar y actuar.

– La verdad es que se nota que hay un buen trabajo detrás. Desde las caratulas de cada programa, hasta las temáticas, los invitados… ¿Cómo llevas todo eso?
Para hacer el típico podcast previamente grabado de una hora, no hago nada.
Siempre que tengo la oportunidad de hacer algo lo valoro muchísimo e intento darlo todo, yo hago el programa que a mí me gustaría oír. El Laberinto es un programa abierto de mente que habla del poder de la música para crear un mensaje, unir a la gente y expresar. Por eso lo quise hacer conceptual, porque hay muchas temáticas y estilos posibles para la música. Quería enfocar así el programa aún sabiendo que era la forma más complicada de hacerlo. Es lo que más me llenaba.

– ¡Sin duda! De hecho hay programas en los que demuestras tus técnicas de espionaje…
Me alegra de que veáis el trabajo previo porque desde fuera parecerá fácil pero no lo es (risas), lo explico. Una de las ideas para el programa es la sección ‘Rara Avis’, que consiste en intentar poner un tema que nunca antes se haya escuchado en la radio. Nunca pensé que tuviera tanto éxito, pero la gente parece que está esperando a ver qué nueva frikada les pongo (risas). Espero no quedarme nunca sin material.
Para el programa del sexo utilizamos una grabación privada que realizamos en un hotel cuando estábamos de gira, en ella se escuchaba a una pareja practicando el sexo con una canción muy freak de fondo.

– Menos mal que no te pillaron.
¡Menos mal, menos mal! Había que ponerle un toque de humor.

– Mencionas que recibes buen feedback de la gente con tu programa, desde hace poco parece que tienes más en cuenta las redes sociales. Tanto es así, que en tu grupo de Facebook “We Are All… Henry Saiz” diste la primicia de tu remezcla a Burial como Hal Incandenza.
¡Sí! Pero ese grupo no lo hice yo, lo creo una chica argentina que se llama Julieta Reino. Yo soy bastante desastre con el tema este de simpatizar por las redes sociales.
Ahora parece que hay una moda de que los djs tienen sus portales de humor en las redes. Suben fotos y videos de gatos tocando el piano, gente cayéndose y cosas raras. Buscando impactar con tonterías, cuando lo importante es la música y el mensaje que ofrezcas. Yo no entiendo bien esto, aunque hay veces que me echo unas risas… Qué cada uno haga lo que quiera.

– Pero a ti el humor sí que te gusta. Por ejemplo, el libro de “La Broma Infinita”. ¿Cómo va ese proyecto para la serie?
(Risas) Todo el mundo sabe que soy fan de David Foster Wallace, es mi escritor favorito. Ha influenciado mucho mi manera de ver el mundo y de expresarme con la música.
El proyecto de serie está en proceso de negociación, aún hay flecos que cerrar con la HBO (más risas).

– ¿Y sigues regalando el libro?
¡Hostias! (Risas) Creo que la editorial debería de mandarme las promos de todos los libros que saquen, porque vamos… ¡es el libro que más he regalado! Las Play Station y este libro son mis regalos base para cumpleaños.

– Pues dentro de poco es mi cumpleaños…
¡Pues mira te caerá una Play o una Broma Infinita!

“Henry Saiz, el épico productor (parte 1)”