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Conoce a GAIKA, el guetofuturista que está sacudiendo los cimientos del grime y el dancehall

En un año sencillamente insuperable para Warp, el mejor que se recuerda en un tiempo en el que además de lanzamientos de algunas de sus leyendas como Autechre, Plaid, Bibio o Clark han conseguido fichar a artistas tan excitantes y diversos como Danny Brown o Lorenzo Senni destaca la aparición de GAIKA, que apenas lleva un año haciendo música después de una carrera dedicada al arte visual, detrás de bambalinas por lo general.

De nombre real Gaika Tavares y salido fértil cantera de sonidos urbanos que es el barrio londinense de Brixton, el productor entrega con Spaghetto EP – premio a mejor título del año, de la década y, probablemente, de la vida – su tercer lanzamiento largo en 12 meses y su debut en el sello morado. En él consolida un discurso musical que él ha bautizado como “guetofuturismo” y que la prensa de todo el mundo describe como un dancehall gótico, o un grime industrial, o lo que se quiera… El maxi es un excelente testimonio de un artista que no entiende de géneros, que junta sonidos y difumina barreras con pasmosa facilidad y que ha conseguido crear un sonido único que le desmarca de toda la avanzadilla grime de la ciudad.

Hace unos días llamamos a las oficinas del sello para hablar largo y tendido con él sobre sus raíces artísticas, sobre el motivo por el que tardó tanto en animarse a lanzar música propia, sobre la necesidad de ejercer un control total sobre sus creaciones y sobre sus siguientes planes (es inminente el lanzamiento de la segunda y tercera entrega de esta trilogía que ha iniciado con Spaghetto, mañana mismo estrena en un hotel de Londres un filme, y se espera que en cualquier momento libere una colaboración con el ¿ex? Hype Williams Dean Blunt).

 

Normalmente tu trabajo ha sido entre bambalinas. ¿Por qué tardaste tanto en lanzar tu propia música?

Por miedo. Hubo un tiempo en el que no creía mucho en lo que hacía, la música que estaba produciendo no era una representación real de mí mismo. Al final, empecé a trabajar en una serie de cosas que me forzaron a mirarme en el espejo y preguntarme a mí mismo de qué tenía miedo. Hacía caso a la gente de alrededor, concedía muchas cosas y al final me di cuenta de que no era el camino.

 

Por lo que he leído, antes de empezar en serio con la música habías trabajado en el campo de las artes visuales. ¿Podrías resumir un poco en qué trabajaste?

He trabajado como diseñador gráfico, en el cine, director para diferentes bandas y festivales… Me encargaba de mis propios proyectos, normalmente ilustraciones y dirección de vídeo.

 

Te mudaste hace tiempo del sur de Londres a Manchester, aunque ahora has vuelto. ¿En qué dirías que se diferencian?

Manchester es frío y hay muchísima menos gente negra. Me gusta el norte, la gente es más amigable. Manchester tiene su propia herencia musical, es una ciudad en un espacio cerrado en contraposición a Brixton y el sur de Londres en general, que son una parte de una ciudad. De algún modo, sentí que salía al gran mundo y pensaba que lo podía dominar en lugar de ser una pieza más de esa máquina que es Londres. Al cabo de un tiempo me aburrí un poco. 

 

¿De qué maneras está la gentrificación dañando la cultura y la sociedad en Brixton o en cualquier otra parte?

¡La gentrificación es una puta mierda! Daña a la sociedad porque reemplaza a la gente interesante con gente no interesante. Si trabajas en un banco no eres interesante, no estás haciendo nada interesante con tu vida. Si sustituyes a la gente que hace arte, que pelea para hacer que el mundo sea más rico, por gente que hace lo que se le ordena para conseguir dinero para comprar cosas eso hace que la sociedad sea menos rica. ¿Cómo está dañando la gentrificación a la sociedad? Reemplaza la cultura por el comercio y eso no es algo bueno.

 

¿Y cómo la combates desde dentro?

No tengo ni idea. ¿Cómo la combates tú? No creo que sea algo que uno pueda combatir como individuo. Hablo de ello y la resisto. De tanto en tanto le doy una patada en la espinilla a un banquero en el metro. [Risas] No puedo hacer nada directo. ¡Con un poco de suerte me enriqueceré lo suficiente para comprar calles y alquilarlas baratas a la gente! A eso dedicaré el dinero, no a comprar coches.

 

¿Cómo dirías que tus raíces caribeñas te han influido como músico y, a fin de cuentas, como persona?

Escucho dancehall y hago discos que para mí son dancehall. Como persona… es parte de lo que soy. Mi identidad es fluida porque he nacido aquí pero he crecido viajando por todo el mundo. Me siento más internacional que otra cosa.

 

¿Y cómo ha influenciado tu trabajo como artista visual a tu música?

Siempre trabajo a partir de una estética. La música que hago es a partir de las imágenes que tengo en mi cabeza y viceversa. La manera en la que trabajo es la misma para ambas disciplinas, es transversal. En su estructura, en el espacio, en el contexto, en cómo se relacionan y complementan… Cuando trabajo con otro productor o con un sample, mi aproximación es la misma que cuando encuentro una fotografía en internet.

 

¿Estás detrás de todos los aspectos de tu música y tu obra visual?

Sí. Siempre me involucro al 100% en lo que hago, estoy al control de todo lo que hago, ya sea con el productor con el que quiero trabajar, con la música que hago yo mismo, los vídeos que dirijo… Hay un concepto extraño de que hay un equipo de mentes maestras detrás mío. Es falso. Es una gilipollez semiracista.

 

Y entiendo que no lo cambiarías nunca, que siempre querrías tener un control total de tu música y tus creaciones.

Por supuesto. Eso no impide que trabaje con otras personas, siempre tengo una serie de productores con los que quiero colaborar de tanto en tanto. Pero tengo que tener control sobre las cosas, sino ese trabajo no es real, es un fraude. Todo lo que hagas que sea una representación de ti mismo tiene que ser algo que controles. Así lo veo.

 

¿Qué opinas de que Warp esté fichando a cada vez más artistas como Danny Brown, Kelela o tu mismo que vienen de un background bastante diferente al que nos tiene acostumbrado el sello?

¿Te refieres a que están fichando gente negra? [Risas]

 

¡Sí!

Pues creo que es genial. De hecho, deberían tener una división aparte que se llamase “Gente negra cool” y me hiciesen presidente. Es un sello muy bueno, no todo tiene que ser techno. Creo que siempre han tenido una tendencia de apoyar cosas sin importar de donde vengan. Lo apoyo completamente, debería haber más gente como ellos. Y espero que así sea, voy a intentar hacerlo realidad.

 

El título de este EP -Spaghetto- es una locura. ¿Podrías elaborar sobre él? Porque tiene muchísimas interpretaciones.

Todo se revelará en breve, pero tiene que ver con algo que pasó en Londres hace tiempo. Me enteré que hubo un atraco y posterior asedio en un restaurante en los 70 y haciendo un poco de investigación descubrí que estoy conectado a él. Lo recontextualicé en estas canciones tan personales. La temática es sobre el poder, sobre sentirse sin poder y lo que lleva a la gente indefensa a hacer cosas ilegales, desgarradoras y terribles. ¿Les convierte eso en malas personas? ¿No les podemos amar por ello?

 

He estado mirando tu cuenta de Twitter y vi que te hizo gracia cómo te describía Bleep (alquimista de dancehall gótico). ¿Cómo te describirías a ti mismo?

[Risas] Gaika. Que cada uno me describa como quiera, no tengo nada que decir sobre cómo lo hace Bleep. No me describo de ninguna manera, sería algo extraño y bastante narcisista. Así que sólo puedo hacerlo por mi nombre.

 

Lo extrapolas a tu música, entiendo, porque tu sonido es muy ecléctico, viene de tantos sitios distintos que habrás leído cosas muy locas.

Sí, es muy loco lo que la gente escribe. Es música de Gaika.

 

Utilizas el término guetofuturismo para describirte a ti mismo. ¿Podrías desarrollar sobre ello y de qué manera se diferencia con el afrofuturismo?

El afrofuturismo es un movimiento sagrado, no lo encuentro real, no está conectado a la realidad. El guetofuturismo no es sobre gente negra pobre, es sobre todo el mundo en el 99%, todos lo que no están en la élite. Vivimos en un mundo en el que la tecnología ha conseguido cambiar cosas, del mismo modo que la información tiene la habilidad de igualar a las personas. La idea del guetofuturismo es esa, gente utilizando la tecnología para hacerse un mundo propio. Eso es lo que es mi música y mi arte, una visión del futuro cercano. Dancehall, grime, todos estos géneros creo que son expresiones de gente africana en un mundo no africano usando máquinas. Es una estética filosófica global que consiste en usar la tecnología para hacer nuestro mundo mejor, que la calidad de vida sea más alta. También hay unos aspectos religiosos más profundos, pero son demasiado abstractos como para hablar de ellos ahora mismo. A fin de cuentas, es una manera de describir el arte que surge después de leer algunas descripciones que no tenían ningún sentido. [Risas]

 

¿De dónde vienen tus influencias en la música?

La música que hago es los sonidos que tengo dentro de mi cabeza. Trato de ser siempre honesto con mi música, de trasladar lo que es mi banda sonora interna a un disco. No es que esté directamente influenciado por nada. No presto atención a la radio, no me importa lo que otra gente esté haciendo, sólo quiero hacer música que me guste e importe, no la hago para un público.  

 

Más allá de la música, ¿qué cosas te inspiran a escribir canciones?

La gente, mi relación con las personas, las conversaciones que tengo con ellas, las cosas que quiero decirles… es todo humano. Siempre tiene que ver con mi interés por comunicarme con la gente, ya sea con mi familia, con una mujer, con mis amigos… es la manera más honesta de hacer música. Rara vez tengo una conversación con alguien que no incluya algún comentario que surja naturalmente sobre el estado de las cosas en el mundo.

 

Hay algo de política en tus letras. ¿Es importante o, incluso, esencial ser político con tu obra?

Para nada. Simplemente es un reflejo de algunos aspectos de mi personalidad. Vivimos en un tiempo en el que todo es político, te mentiría si te dijese que no hablo de ello todos los días. No conozco mucha gente que no tenga nada que decir sobre política. Me parece extraño que haya gente que tenga sus opiniones pero que no las muestre en su música. Pero no es algo esencial. No entro en el estudio con la idea de hacer una canción política. Si algo de lo que escribo lo requiere, lo haré alto y claro, porque es la realidad, es algo genuino. Digo lo que pienso y hago la música que quiero sin pensar en lo que debería o no hacer. Si lo haces, es como vivir en una fantasía, no en un mundo real.

 

Hay una estética gótica muy potente en toda tu obra, ¿qué dirías que es lo que te fascina de ello?

No es que me gusten las películas de terror o me pase la tarde en catedrales. Trato de hacer frente a cosas que la gente encuentra desconcertantes. No sé, la verdad, la manera fácil de responder a esto es que me gustan determinadas cosas sin importar el aspecto que tengan o cómo suenan.

 

Lanzas este mes la segunda y tercera entrega de esta trilogía. Imagino que no puedes decir mucho, ¿pero será música o cortos?

Cortos.

 

Entonces, ¿ya no habrá música nueva?

¡No puedo contestarte!

 

¿Y cuáles son tus siguientes planes? Porque veo que hay ahí una colaboración con Dean Blunt.

¿Quién es ese? No sé de lo que me hablas. Lo único que te puedo decir sobre el tema es HackneyvsBrixton.com

 

Hay que estar atentos, entonces. Suena excitante.

Lo es. Quizá.