Gata Cattana: Poetisa con mayúsculas

Por fin emerge una figura femenina en el rap español. Se llama Gata Cattana y Alicia Álvarez la entrevistó tras su concierto en Barcelona en abril de 2015.

 

En directo, el rugido de Gata Cattana es fiero. Más (si cabe) que en diferido. Y sacude cuando suena “La Prueba” (de su reciente EP “Anclas”). Y estremece en la garra que desprende en cada verso y en cada arranque y en cada una de las revoluciones que llevan implícitas sus letras. “Debajito de la carne los puñales”, como canta ella misma.

Gata Cattana es una dualidad entre el lado salvaje de la vida y la sensibilidad más profunda. Quizá por eso escuche Jarfaiter y tenga devoción por los poemas de amor de Pedro Salinas. “Estudiando Política Internacional soy muy fría. Hasta el punto de no sentir, digamos, los ‘daños colaterales’ por decirlo de algún modo. Y luego en mi vida normal, yo escucho una canción que me conmueve y… no sé, mi madre siempre me lo dice… que soy súper sensible (…)”.

Su concierto del pasado sábado en La Maceta (Barcelona), el cual abría estrenando “3021” –tema producido por Miguel Grimaldo y que han lanzado esta misma semana (podéis escucharlo al final de la entrevista)- servía para dejar claro que el revuelo provocado tras la publicación de “Anclas” está justificado.

La pose guerrillera de la Gata no se limita a sus canciones ni a su puesta en escena. Continúa una vez que terminan sus conciertos, en la puerta del local. “Yo creo que el rap, a lo mejor, no puede cambiar el mundo pero sí parte del mundo, que es el nuestro, el de la gente que estamos hoy aquí por ejemplo (…) En el rap, como en todos los ámbitos de la vida, pasa igual. Está en tus manos. Puedes usarlo para hablar de bitches y droga, puedes usarlo para construir templos… Yo creo que sí se puede ser inmortal a través del rap, y dejar tu legado”.

 

Antes de nada, para hacer algo de background. Háblanos un poco del momento en que empiezas a escribir (que tengo entendido que es en 2008) y de tu grupo Cattana.

Sí, yo tenía 18 años. 2008 no cuenta porque todavía era más pequeña y son las primeras letras. Cuando empezó la movida seria fue cuando yo me fui a Granada a estudiar y allí conocí a Anabel; teníamos un grupo las dos y la chavala rapeaba como un demonio. Y eso, empezamos con un grupito que se llamaba Cattana, la verdad es que al ser dos chicas la peña… miraba, al menos miraba. Y después ella, que estaba estudiando filosofía, lo dejó. Y ya seguí yo sola haciendo sobre todo haciendo cosas con Carlos Esteso, que también es de esta época, siempre ha venido conmigo.  Y además, ahora ha dado la casualidad de que estamos viviendo los dos en Madrid así que hay cierta continuidad.

 

Dices que Anabel estaba estudiando Filosofía… Tengo bastante curiosidad por saber qué has estudiado tú, más que nada por las letras que escribes…

Pues yo estudié Ciencias Políticas y ahora estoy con un máster que todavía me está dejando más loca (risas). Estoy estudiando Seguridad y Defensa; Política Internacional, vaya. Es lo que he hecho, Política Internacional ya casi enfocada al  plan estrategia militar.

 

La verdad es que letras tienen mucho de política (entendiendo la política como reacción)…

Sí, aunque elegí Políticas porque me dio por ahí. Pero siempre me ha flipado Historia, también me hubiera molado hacerlo. O Literatura, Filosofía…

 

Ahora que hablas de literatura, cuéntanos un poco más sobre los “Slam Poetry”.

Vale. Te cuento un poco la movida para animar a todo el mundo a que conozca esta historia, porque es como que ahora está empezando a despertar en España y se está haciendo en varias ciudades. Ángel, el chico que viene conmigo, ganó el Slam Poetry de Granada. El Slam es como una modalidad poética, son unos concursos que se organizan rollo las antiguas jam de hip hop, pues jam de poesía.

Para empezar tú tienes tres minutos para conmover al público con tus palabras. Hagas lo que hagas. Lo único que no puedes hacer es disfrazarte o hacer cosas que el otro poeta no pueda hacer. Hay un ganador, que el premio en realidad es simbólico, y quien decide quién gana es el público. Entonces, se reúnen a lo mejor doce poetas, interpretan su movida, que es una poesía muy activa, no es nada gongorino, no es nada alejado… Sino que es rollo monólogos casi, es humor… y la gente hace cosas muy locas.

Lo que mola es la idea, porque tienes que tener una idea. Ángel fue al campeonato nacional como representante de Granada y yo vi la movida y me moló tanto que dije: “yo quiero estar ahí”. Y el año pasado, que estuve en Granada viviendo, pasé los nueve meses que dura el curso escolar dándole al slam. Me presenté en Granada y gané en todos los que fui y a raíz de eso pude ir al campeonato nacional.

 

¿Escribías poesía antes de hacer rap?

Sí. Siempre he escrito.

 

¿Y tienes algún referente literario?

¿Poético?

 

Sí, por ejemplo.

Pues a lo mejor te sorprende… Pedro Salinas. Es lo más moñas de lo más moñas de lo más moñas. Es un poeta de la Generación del 27, que no escribe nada combativo, son todo poemas de amor pero de una manera tan profunda…

 

Hombre, tus letras tienen un rollo muy profundo.

Yo creo que ahí tengo una dualidad muy grande. No sé, por un lado soy muy fría. Estudiando Política Internacional soy muy fría. Hasta el punto de no sentir, digamos, los “daños colaterales” por llamarlo así. Y luego en mi vida normal, yo escucho una canción que me conmueve y… no sé, mi madre siempre me lo dice… que soy súper sensible, lloro con ná’. Pero no en plan mal…

Escribo cosas desde la frialdad absoluta y el vamos a comernos todo, ¿sabes? (risas) pero luego tengo la otra parte más sensible.

 

Has dicho Pedro Salinas como referente poético, ¿algún referente musical? Que hayas tenido en un pasado o tengas ahora.

De rap español, sobre todo, te voy a decir Elphomega, que me parece tremendo. Siempre escucho lo mismo en realidad. Lo que me flipao’, aparte de ciertos artistas de ahora con los que empatizo mucho, ha sido gente como Solo los Solo, Tremendo, Elphomega, Hablando en Plata incluso… Toda esa gente. Eso es lo que siempre me ha marcado. Y sobre todo lo que escucho a día de hoy son grupos más underground y cosas súper variopintas. Desde Dellafuente o Dual Tod (que tiene una maqueta que se llama “Mendekua” y que ha sido una de las cosas del underground que más me ha marcado). Lo de Dual Tod no es que sea algo innovador como lo de Dellafuente, pero es puro. Bueno, y el Jarfaiter ahora también me está molando mogollón. Me he escuchado el disco nuevo que ha sacado, el “Antihéroe”, y me ha encantado. Es que ahora hay cosas muy chulas. Todo lo que sea puro, auténtico… no me refiero a que tengas que contar lo que vivas, sino que lo que cuentes te lo creas. Él, por ejemplo [y señala con la mirada a Dual Tod, que se encuentra a pocos metros de distancia], a mí es que me encanta.

 

Ahora te voy a pedir que me hagas un comentario de texto como los de las clases de Filosofía o Literatura, a raíz de una de tus letras. Yo te digo la frase y tú puedes hablar o divagar todo lo que quieras alrededor de ella: “Que ni somos ni seremos libres, pero sí bandidos”.

La frase lo que viene a decir es que la libertad nunca va a existir. ¿Por qué? Pues porque existe el amor. El amor te priva de libertad. Voluntariamente, ¿no? Tú cedes tu parte porque quieres pero es tu libertad. Entonces, libres nunca vamos a ser. Ya no sólo en el amor. En la política también. Yo, por ejemplo, nunca voy a ser libre, jamás. Siempre voy a estar queriendo más, buscando una manera… y esa manera final, que es la solución final, no existe. El ser humano nunca va a ser libre. Tenemos fantasías, pero no. Entonces, dentro de esta no-libertad, el entorno, la sociedad, tu propia cabeza… lo que sí podemos ser es bandidos. Los bandidos están fuera de la ley. O sea que no vamos a ser nunca libres, pero esta ley nos la vamos a pasar por los cojones y vamos a intentar vivir siendo eso, siendo bandidos.

 

Como apertura  del concierto has presentado un tema con Miguel Grimaldo. Personalmente, me parece una unión de lo más acertada, ¿cómo surgió?

Fue súper curioso porque yo no le había escuchado nunca. Ni a él ni a Elsso Rodríguez pero Wiloo  [William Pander, quien está detrás de la grabación y la mezcla de “Anclas”], es un tío que le apasiona la música y que no se pierde ni un concierto, me dijo que fuera al concierto de Madrid. Y la verdad es que estuve tres horas flotando con la música de Grimaldo, ¿sabes? Bueno y Elsso igual, también me moló mucho, flipo con sus letras. Y a raíz de ahí le escribí, le dije que me había molado mucho y empezamos a hablar y ya de ahí surgió esto.

 

¿Y el rap puede cambiar el mundo? Quiero decir, esa idea que se tenía en el punk de finales de los 70, por ejemplo, de que iban cambiar el mundo… ¿Crees que existe como conciencia ahora mismo en el rap? O al menos en tu caso…

Hombre, si creyera que es inútil… haría temas de otras cosas. Pero yo creo que sí es útil. Y quizá sea una respuesta estúpida o que te daría cualquiera pero yo creo que a lo mejor no cambia el mundo pero sí parte del mundo, que es el nuestro, el de la gente que estamos hoy aquí por ejemplo. En realidad, lo único que hace falta para cambiar el mundo…. [y repite la frase más lentamente, como tomando conciencia de ella] cambiar el mundo… Es voluntad. En el rap, como en todos los ámbitos de la vida, pasa igual. Está en tus manos. Puedes usarlo para hablar de bitches y droga, puedes usarlo para construir templos… Yo creo que sí se puede ser inmortal a través del rap, y dejar tu legado… sí.

 

Se te ha comparado con la Mala Rodríguez…

La comparación no es que sea algo malo ni bueno ni nada. Simplemente creo que no tenemos nada que ver. Y yo respeto totalmente a la Mala. Yo he crecido escuchando “Alevosia”, “Lujo Ibérico”… Y tiene todos mis respetos. Me flipaba. Es una máquina de mujer. Pero no sé… Supongo que la mente humana es limitada y hace conexiones. Supongo que lo verán por el nexo del flamenco, las dos mujeres, las dos andaluzas… Pero nada más.

 

Ahora mismo, ¿ficharías por una discográfica potente?

Bffff… Mira, te voy a decir la verdad. Estoy en una etapa de mi vida en la que tengo que decidirme entre estudiar a tope mi carrera -es decir, las Ciencias Políticas-, y buscarme la vida de eso, que en realidad es lo que me flipa… Porque yo por mí estaría investigando en mi despacho, haciendo mi estrategia ahí… O, escribiendo mis poemas. Es que son dos vertientes súper… no sé. Entonces no sé si dedicarme a full a los estudios e intentar llevar mi vida por ahí o si de verdad quiero dedicarme a la música en plan fichar por una discográfica potente y dedicarme a la música en plan que no tenga que hacer otra cosa que no sea la música… Me da un poco de miedo. Y no por público y fama y mierdas de esas. Sino por el tipo de vida. Todo el rato pa’ arriba y pa’ abajo…

 

Y ya para terminar, ¿planes musicales futuros?

Pues mira, parece que a raíz de esto se me han abierto mucho las puertas. Ha sido como un boom de todo el mundo de repente… Entonces estoy haciendo un EP con Bobby P, de MDE de Click, que espero que salga pronto… Y además eso va a ser súper profundo, súper poético… Que va a seguir siendo rap, pero con la música del Bobby P, que es como una atmósfera electrónica con su saxo… Ya tenemos el adelanto hecho. Y bueno, también he hecho este tema con Grimaldo, que cuando me la pasó me puse loca, se la grabé en un día (risas). Me ha dicho que me pasará más cosas y la verdad es que me molaría mucho ir sacando cositas con él.

Lo que sí tengo claro es que quiero hacer varios trabajos cortos con varios productores. Que no sea nada largo porque se nos va la vida, para eso, por ejemplo, sí que tendría que decidir entre la música y los estudios.