Eufònic también baila champeta, cumbia y ritmos tropicales

Tere Tropical | Eufònic Festival

De Eufònic Festival a menudo se tiene la falsa sensación de que se dedica casi exclusivamente a las formas más experimentales de la música electrónica. Pero en su concurrida programación también hay sitio para propuestas más situadas en los márgenes, como sería el caso de Tere Tropical, el alias que ha escogido Teresa Vallbona, una cara conocida de la escena electrónica catalana, para dar rienda suelta a sus dos pasiones musicales más grandes: la electrónica, claro, pero también la música latina.

Tere Tropical calienta su actuación en el festival tarragonés del 2 de septiembre en Ullals de Baltasar con una playlist que nos introduce con el siguiente texto.

 

“Hace un par de años viajé a Colombia después de ver el documental Sabroso!, producido por Native Instruments. En poco más de 25 minutos descubrí que quería hacer ese viaje musical por la costa caribeña colombiana que propone la cinta. Y lo hice. Allí descubrí el picó y bailé champeta, y encontré en los nuevos sonidos colombianos lo que había estado buscando hacía tiempo: un ritmo que haga mover mi cuerpo –y alma- al puro estilo sabrosón latinoamericano y que a la vez mezcle la técnica electrónica que ha formado parte de la cultura musical de mis últimos 20 años.

Ups, sobre papel suena a poesía barata, pero en verdad lo que hace Tere Tropical es poner un tema tras otro para escuchar bajo una palmera y con una agua de coco en las manos – en un mundo ideal, claro!-. Me gusta cuando la cumbia, con sus gaitas y acordeones, se mezcla con el lenguaje electrónico y crea este sonido contemporáneo y autóctono.

Hace poco tiempo que el proyecto Tere Tropical corre por este mundo. Sería de mala persona si en estas líneas no citara el Electropikal, el bar con las mejores micheladas y pisco souers de Barcelona, que me ha dado la oportunidad –y el valor- de sacar eso que llevo dentro.

Y ahora esta oportunidad me la da el Eufònic, mi segunda casa, uno de los festivales que más amo de este país, que he visto crecer y me ha visto crecer, un festival que hace territorio y que apuesta por proyectos que van más allá de la parábola musical. Un festival que no tiene miedo a arriesgar ni a mostrar lo mejor de alguna de las escenas. El Eufònic es para mi el estar en familia, pura sabrosura. Los árboles de Els Ullals de Baltasar (donde actúo el sábado) serán las palmeras y el vermut el agua de coco”.