Gwyneth Paltrow: velas, vaginas y el fin de la poesía

“They are the last romantics, these candles”. Así arranca el sobrecogedor poema “Velas” que Sylvia Plath escribió pocos años antes de apearse de forma abrupta, desgarradora y demasiado prematura del mundo.

Sesenta años después, con bastante menos vocación lírica pero un indudable talento para los negocios, otra estadounidense ha querido explorar el universo simbólico de las velas. Se trata de la actriz californiana Gwyneth Paltrow​, quien ha lanzado al mercado, a través de su e-commerce Goop, una vela aromática denominada con escasa sutileza poética, pero enorme visión comercial “Esto huele como mi vagina”.

Con notas de geranio, bergamota cítrica, cedro, rosa de Damasco y semillas de hibisco, la vela pretende evocar “fantasía, seducción y una calidez sofisticada”, según la descripción que aparece en la web sobre el producto, que tiene un precio de 75 dólares y en este momento está totalmente agotado.

El artilugio viene empaquetado en una cajita de cartón decorada con la carnosa y sensual flor roja del anturio, esa planta de interior que todo el mundo tiene en casa por ser poco más o menos que inmortal con independencia de los cuidados que reciba. Y sí, el packaging tampoco se pierde en metáforas de compleja traducción: la flor del anturio guarda una cierta semblanza con un coño.

Pero lo más curioso de este pelotazo es, que más allá del nombre de la vela, en la web no se hace referencia alguna a que la fragancia evoque a la vagina de la célebre GP (como se hace llamar la artista en Goop).

Según medios anglosajones, durante el proceso de creación entre el perfumista Douglas Little, colaborador habitual de la superestrella estadounidense en su línea de fragancias, y Paltrow se produjo un momento Eureka en el que la actriz consideró que la mezcla que estaban pergeñando tenía un gran parecido con los efluvios que desprenden ciertas zonas íntimas, pero así en general, no específicamente las suyas.

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“Esta vela comenzó como una broma entre el perfumista Douglas Little y GP. Los dos estaban trabajando en una fragancia y ella exhortó: ‘Uhhh … esto huele a vagina’”, de acuerdo con la versión del Daily Mail. Posteriormente, siguieron desarrollando el producto hasta crear un aroma adecuado para velas de interior.

De momento no han trascendido cifras de ventas, pero la vela tiene lista de espera online y en términos comunicativos la jugada no ha podido salir mejor. Todo el mundo habla estos días de la Paltrow y su vagina. Si de verdad le huele a bergamota y rosa de Damasco poco importa, lo que no admite duda es que GP ha desarrollado un extraordinario olfato para extraer rentabilidad económica a su fama. ¿Quién quiere poesía?