Tomasa del Real: “Si en un barrio hacemos arte con una bolsa de basura, al rico le va a poner nervioso”

La chilena vuelve a Barcelona después de haber paseado las canciones de su reciente “TDR” por medio planeta. La cita será este viernes en Nitsa junto a Dj Python, Bod y Julietta Ferrari.

 

Cuando Tomasa comenzó a decir en sus canciones “desde Iquique para el mundo”, es probable que no imaginara que terminaría en los carteles del Sónar y Coachella. “Pensaba que esto era para unos pocos, o para mis amigos, y al final resulta que hay mucha gente por el mundo que lo necesitaba”, confiesa al otro lado del teléfono cuando se le pregunta por esos comienzos en los que sin duda debió ser la rara de su entorno.Tomasa ha pasado de no encajar en “las discotecas heteros normales” a las que tenía que ir si quería bailar reggaeton a encontrar, sin tener “el cuerpo de una modelo ni el Instagram de una modelo”, un lugar “que ni me busqué”, porque se underground al que pertenecía era para los “renegados y era underground porque nadie nos quería”. 

Pisar los escenarios de medio planeta y sentarse en los platós de la televisión estadounidense ha hecho que se olvide de quienes llevan a su lado del principio, y no sólo sigue fiel a sus colaboradores de siempre, sino que prefiere colaborar con completos desconocidos porque le interesan más los beats que los followers.

 

Este año has triunfado por todo lo alto: hasta has pasado por Coachella y acaba de anunciarse tu participación en el berlinés CTM y has estado en todas partes. ¿Cuál  crees que ha sido la clave?

Yo creo que el reggaeton y el urbano en español empezó a avanzar mucho en todos lados y que los festivales, para estar al día con lo que está pasando, empezaron a investigar quiénes son las personas o los movimientos que están representando hoy día la juventud. Así que me imagino que me habrán encontrado a mí, que estoy haciendo esto hace mucho rato súper en el underground pero que al final del día no hay tanta gente haciendo algo más alternativo con toda esta ola urbana. Para mí es como un honor que me hayan invitado a todos esos lados, porque es como que valió la pena todo el esfuerzo y todo lo que estamos haciendo, y a día de hoy el underground es igual de importante que el mainstream, y nos ganamos ese lugar.

 

¿Te cuesta conectar con públicos que no hablan castellano?

Siempre es una sorpresa el público porque viajo mucho y voy a lugares donde quizás nunca bailaron reggaeton pero hasta ahora la gente estuvo receptiva y siento que al final el urbano el reggaeton o el trap arrasó tanto porque de verdad la gente lo siente, más que entenderlo al 100%, por ahí no entienden las letras pero sienten que quieren bailar o que les interesa. Al final creo que la música como que transmite una energía y ahora estamos transmitiendo una energía demasiado muy positiva y con mucha energía y la gente siempre responde bien ante eso.

Desde el principio te has desmarcado del reggaeton con la etiqueta de neoperreo y en alguna entrevista a medios argentinos has esgrimido que llamar reggaeton a tu estilo te parece “apropiador”. Ahora que hay todo un debate sobre la apropiación cultural, ¿cómo ves esta decisión pasado el tiempo?

Siento que estuvo bien que lo dijera y que fue muy natural porque me sentía muy atrevida diciendo por ahí que era una cantante de reggaeton, porque yo admiro a los cantantes de reggaeton y no son lo que soy yo ni en el estilo de música ni en lo que decimos: está inspirado en el reggaeton, y siento que fue una manera respetuosa de aportar nosotros con una nueva ola de música, una nueva interpretación, y por esa misma razón yo dije “OK, esto no sé si es reggaetón pero sí es perreo, 100%, pero la nueva era del perreo, y por eso nació el término”, y creo que avanzó tanto porque mucha gente quizá se sentía identificada con la inspiración del reggaeton pero no querían decirlo porque quizás vivían en otros países o hablan otros idiomas y esto les dio como vía libre para que lo pudieran hacer y a día de hoy somos un montón de gente alrededor del mundo que identificamos nuestra música bajo ese término que también es un subgénero y que también se convirtió en una subcultura con su iconografía y ropa: los tatuajes, los tribales, la música mezclada sin ningún miedo al qué dirán, mezclar reggaeton con electrónica, con house… nos empezó a unir más y esto ya se nota, es como un lifestyle.

 

Me decía Ms Nina que cree que buena parte de las criticas que recibe en el fondo vienen del racismo y el clasismo. ¿Estás de acuerdo?

Sí, es que el urbano -el trap y el reggaeton- no nace desde una disquera, sino que nace desde la casa de alguien que no tiene plata, no es millonario, que vive en un país de mierda o algo así, entonces en el momento en que la gente en su casa empieza a hacer arte al rico le da miedo y lo critica. El arte siempre era exclusivo para cosas hermosas, y de repente nosotros en un barrio empezamos a hacer arte con una bolsa de basura: claro, al rico le va a poner nervioso. Pero a día de hoy, y gracias a internet, pudimos descensurar todo y poder hacer arte desde donde somos y de lo que te dé la gana, y siento que por eso estos movimientos avanzaron tanto y no fueron acallados por otra gente que no le gusta, hay críticos pero no son la mayoría.

 

Esta semana hubo una polémica porque Grimes dijo que el futuro de la música pasa por la inteligencia artificial y que los hologramas serán los que den conciertos. ¿Qué opinas del uso de la IA en la música?

A mí me encanta, creo que la tecnología es parte de la música, o sea, yo no veo a nadie cantando a capella con una guitarra de palo, y pienso que cualquier herramienta le sirve al humano para hacer más arte aunque la herramienta sea algo que hace arte por sí sólo, lo encuentro divertido, y creo que a la gente vieja le chocan estas nuevas ideas, pero la gente vieja se va a morir con sus ideas viejas y la gente moderna va a estar ahí. Y un concierto virtual será 100% diferente, pero no por eso tiene menos valor, es diferente, es como ir al cine y ver un cine 3D o ver un cine normal, no puedo decir si es un mejor que el otro, son sólo diferentes experiencias.

 

Hablemos de “TDR”: es un cambio respecto a los otros trabajos, se notan un deje más electrónico. ¿Es el camino que podemos esperar en el futuro?

La verdad es que no pienso mucho cuando hago las canciones, voy al estudio y grabo y de ahí junto las canciones que más me gustan, es algo natural,  y los productores con los que he trabajado con su creatividad han ido aportando a mi proyecto cosas diferentes. Sí siento que este disco es más electrónico, quizá fue todo más rápido, más impulsivo, y los productores estaban haciendo eso, no fue una petición mía personal, creo que sin darme cuenta elegí al azar y al final suena súper conectado.

 

Llevas trabajando con Deltatron desde el principio, parece el colaborador con el que mejor te entiendes, ¿cuándo y cómo empezasteis a trabajar?

Deltatron es peruano y es uno de los primeros productores que se acercó a mí cuando empecé a hacer música. Empezamos a grabar y nunca dejamos de hacer música juntos: yo escucho un beat de Deltraton y en seguida suena a él, como a una cumbia psicodélica peruana… me encanta. Aparte de eso somos amigos y siento que las personas con las que sigo trabajando es porque de verdad nos queremos, tenemos buena onda y nos respetamos

De hecho, aunque estás triunfando internacionalmente, sigues colaborando con la gente de siempre, aún te dejas caer por fiestas como la del viernes en Nitsa  y sigues muy vinculada a la escena en la que empezaste a moverte. ¿Te ayuda a mantener los pies en el suelo?

Creo que una parte muy grande de todo lo que me ha ido bien es porque estoy muy aterrizada y soy una persona que siempre me voy a acordar de la gente que me ayudó y al final somos amigos, no hay tanta gente en el mundo haciendo esto y siento que si no estamos unidos no tenemos nada. Yo he visto a amigos míos que han ido para arriba y que está buenísimo, pero que seguimos siendo colegas: siento que eso nunca se ha perdido y la gente que empezamos a hacer eso hace un par de años nos queremos y nos deseamos bien; pero también trabajo con muchos artistas que no los conoce nadie pero porque me gustan o porque hay algo que me atrae y quiero trabajar con ellos, pero no porque me convenga hacer una canción con tal persona porque tiene seguidores o lo que sea, y siento que ha sido el mejor camino, me ha llevado más allá de lo que yo esperaba.

 

Y de todos los artistas con los que has trabajado y que no son tan conocidos, ¿cuál te gustaría recomendar y cómo lo descubriste?

Hace poco estoy trabajando con un chileno que se llama Kid Lucifer, está haciendo música hace seis meses, tengo un vídeo con él que sale el 1 de enero que se llama “Brujería” y así por Instagram me escribió y así. Igual ahora hace un par de días grabé con artistas de acá, con la Virgen María y también grabé una canción con la Albany, así que siempre estoy atenta con la gente que tengo buena onda, que son amigos de mis amigos.

 

Estás tuiteando información sobre lo que sucede en Chile. ¿Cómo ves la situación?

Es algo súper importante lo que está pasando en Chile ahora: nosotros vivimos en un gobierno muy abusador con el pueblo y el pueblo se está rebelando, y yo y otra gente que tiene muchos seguidores hemos estado compartiendo todo lo que pasa porque los medios mienten, ponen noticias falsas en la tele, ponen cosas que no han pasado y ocultan información, entonces pienso que es importante toda esa sentencia pública que le hemos estado haciendo a todo esto que está pasando en Chile, y ha servido un montón porque vinieron de la ONU a ver lo que está pasando, están condenando a la policía que se está pasando de la raya y a día de hoy los medios son nuestros Instagram, Facebook, Twitter… y siento que recién se está midiendo el poder de la gente que es mucho más grande que el poder del gobierno, y ojalá que no se vaya a perder toda esta lucha, sino que el mundo siga viendo lo que está pasando y lo que está pasando en otros países también y que la conciencia social crezca… y lamentable lo que está pasando en Chile, pero yo tengo toda la fe del mundo en que todo ese caos va a terminar en algo mucho mejor.